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Rescoldos

Mi hija lo ha presentido: en ese patio había vibraciones positivas que ella estaba captando, desde luego.

Estoy convencido.

Fue entrar por el patio central (el que deja al sur el "chico" y al este el "grande"), y preguntarle yo si le gustaba ese colegio, y le entró por el cuerpo una alegría y unas ganas de correr como pocas veces, muy pocas, le he visto...

Tuve que hacerle alguna que otra foto:


Mara, desde antes de todos los antes, ya era salesiana. Su papá ha sido allí muy feliz; aunque le hayan dado mucha caña para aprender y tener buenas notas. Pero jamás podré olvidar todo lo que aquello encierra en mi memoria: mis padres, mis hermanos, mis amigos, mi boda, María Auxiliadora, Don Bosco, Don Luis, Don José Luis, los scouts, curas maravillosos y otros que no tanto, fiestas, exámenes, fiestas, exámenes, más fiestas, ganas de vivir, de ayudar, de compartir, los termómetros del Domund, los buenos días,..., uf... Nunca acabaría, creo yo...

La voracidad de la distancia, del tiempo, SE CREE que lo ha quemado todo, que ya pasó... Pero no, ni lo ha quemado, ni existe fuego capaz de hacerlo y, si existiera, ya estaría más que apagado, aunque sí... quedarían rescoldos...

Los que hacen que el sexto sentido de mi minimujer que es mi hija se sienta allí como en casa... Porque sé que lo puedo decir, que esa es su casa.

En fin, Las Cosas... 

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