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Alta Calidad

Bueno, en esta ocasión voy a escribir sobre algo que cointenga varios razonamientos infundados o absurdos, pero me veo en la necesidad.

Y es...

Para mí, este blog es mi lugar donde "soltarme" aún más, quizá para reconocerme o rechazarme a mí  mismo en el futuro, compartir mis pensamientos más o menos profundos, de una manera libre y tranquila, sin pensar enlos prejuicios de los que me lean.

En él, de forma incorporada y por defecto, quiero y creo conseguir no aludir ni a política ni a trabajo.

Pero hay circunstancias que hacen que uno levante esa "veda": en este caso ha sido María Auxiliadora, o mejor dicho, mi calendario de ella, el del año 1994.

Hacía un mes que lo había perdido y estaba un poco con las carnes abiertas, no quería ni pensarlo. Es mi "amuleto" o "talismán", que desde 1994 me acompaña allá donde vaya, pienso yo que dándome suerte (hecho que ratifico que ha funcionado cada vez que miro a mi niña). Ya lo tuve hasta que plastificar y todo, porque se estaba deshaciendo. Un calendario de bolsillo, normal, con la imagen de la María Auxiliadora que está en mi cole (los Salesianos de la Trinidad de Sevilla).

Se lo dejo a personas muy cercanas a mí, que me entienden, para que les acompañe en operaciones quirúrgicas, partos, ..., exámenes, citas importantes, ...

Ya lo había dado por perdido y, hoy, cuando llegaba a mi puesto de trabajo, en Renault, por donde paso día tras día, sin reparar en poco más que en la trayectoria del pasillo por donde voy, me ha dado por mirar a un lugar al que nunca miro, un dintel metálico de una puerta pequeña, ya inutilizada, que separa una granalladora de Utillaje. ALLÍ ESTABA MI CALENDARIO PERDIDO... Vaya telita.

No puedo evitarlo, pero me ha parecido una señal, un milagro o algo así... Me ha dejado perplejo la forma en que he recuperado mi fetiche religioso.

Esto me ha hecho reflexionar de lo afortunado que era de mirar a ese punto, de ir por ese pasillo, de estar llegando un día más al trabajo y de formar parte de esa empresa y, sobre todo, de formar parte del equipo en el que estoy, por las personas que lo componen, desde el de abajo hasta el de arriba. Todos son personas que, de uno u otro modo, tiene Alta Calidad (humana, personal y/o profesional).

Y reflexionar también en que, por qué no, señalar esto: quiero valorar lo que tengo allí, apreciarlo, saborearlo, sentir lo dulce de los últimos acontecimientos (boda de una compañera donde nos hemos reunido varios, recibimiento de otra que se nos va, cena de verano del departamento), para compensar lo amargo y duro de los momentos que, inevitablemente, se presentan a veces.

He estado en un túnel y no veía la luz. Pero ni la de delante ni la de detrás.

Ahora, con ayuda psíquicoquímica y tesón, veo y quiero seguir viendo esa luz; no quiero tenerla encima, prefiero verla no muy de cerca ni muy de lejos, pero que haya un pequeño trecho entre ella y yo... El justo para tener que seguir caminando hacia ella.

Gracias a Dios (porque creo en Dios, aunque no sólo en él) tengo mi trabajo y unos grandes compañeros que nunca olvidaré.

Mi calendario me ha ayudado a verlo, a darle paso a este espacio, porque forma parte también de mí.  Quizá no vuelva a hablar de mi trabajo aquí... Quién sabe... Qué más da...

Mi calendario me ha ayudado a verlo: pero yo también me estoy ayudando a verlo...

Gracias a mí, desde mí.

En fin, Las Cosas...

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