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Tema LUP

Le vi llegar a la fiesta de fin de curso de mi sobrino Antoñete, en Camas. Iba en silla de ruedas, con los ojos muy abiertos, blancos; su minusvalía, seguramente de nacimiento, le obligaba a tener una postura sedente pero a la vez como a punto de incorporarse, mirando al cielo desde su cárcel con cuatro ruedas.
Tendría unos 25 años, camiseta de tirantas, piel blanquecina de quien no le da mucho el sol, ignorancia casi absoluta de todo lo que le rodeaba, o eso hubiese querido yo...
El "conductor" de la cárcel con cuatro ruedas, chulescamente, a una señora mayor que sería la madre de ambos, se burló de ella cuando le decía, al aproximarse a la puerta del colegio, que tuviese cuidado con "la barra de abajo" (la que, en portones metálicos grandes quedan a los piés, de las pequeñas, chiquititas, para pasar personas).
No tuvo cuidado.
El pobre hombre minusválido cayó, despedido tras un mal rebote, y agarrotado en su postura, de bruces contra el duro suelo de cemento de la entradilla al patio. La barbilla desollada y el codo de esta persona mal conducida por otro descerebrado en el mundo de los cuerdos convirtió en dantescos unos interminables 5 ó 10 segundos de la nerviosa y entusiasmada espera de los bailes de los chicos disfrazados.
Nunca había escuchado tan bien el sonido de la carne y el hueso estrellarse en algo duro.
Pero, aún peor, nunca había visto una escena triste y tan previsible desde tan cerca.
Me entraron ganas de decirle más de una cosita al "amigo conductor"... Y no precisamente "precaución"; ni sutilezas educadas...
El tiempo se paró; mi mujer, espectadora en primer plano, desde el otro lado de la escena, se quedó tan espeluznada que se le perdió la niña, del bloqueo que le produjo semejante imagen entre  medieval y cruel.
Sentí asco.
Asco del desprecio. Del desprecio a las personas y, peor aún, a la simple e incluso bien intencionada información de esa madre que advertía antes del momento de marras.
La información: cuánto respeto hay que tenerle. Yo creo que se lo tengo, por eso admiro mucho al que escribió o dijo esa famosa frase, me parece muy acertada... La información es poder...
El problema es que resulta que el exceso de poder me da asco, también.
Por eso, ahora, tengo otro problema más en la lista de problemas que resolver.
Parafraseando las siglas y acrónimos de mi trabajo, sería un tema de mi LUP (Lista Única de Problemas) vital.
No sé si tendré tiempo de resolverlos todos, pero por intentarlo no va a quedar.
En fin, Las Cosas...

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