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Tehualtepec

La verdad es que provoca una desazón enorme el visionado de cualquier telediario: de verdad, es que estoy pensando en bajar al chino de la vuelta de la esquina y comprarme una de esas gafotas con lentes en forma de boca tipo Rolling Stones, o de corazón, hechas con plástico y papel de celofán, pero ineludiblemente, de color rosa.

Todo rosa.

Y ponérmelas a las 21:00, si es que veo el telediario de la noche.

Estoy de Rodriguez (cuidado, Sevilla), y la ausencia de mis mujeres me ha permitido verlo... bueno, ver 20 minutos... Ya no puedo más... Me siento como los corredores estos de maratones que llegan agotados a la meta...

Malas noticias, malas noticias, malas noticias...

Vaya hartera: de verdad, no puedo; necesito coger mis alitas y volar, irme por ahí, a olvidarme de todo este lamentable panorama que  nos está rodeando, que nos está inundando...

Soy de esos que cree en las profecías mayas... Sí, lo reconozco... Aunque recientemente he leido que un reputado especialista en el mundo maya ha publicado un estudio en el que dice que los mayas no han predicho ningún fin de ningún mundo... Vaya palo... Yo que pensaba que lo habían clavado, y resulta que no, que nos quedan telediarios asquerosos para rato...

No es que quiera que llegue el fin del mundo, lo que quiero es que llegue eso que otros decían que era aquello a lo que los mayas se referían: el fin del mundo tal y como lo entendemos, como lo conocemos.

Yo, cuando escuché eso, pensé: claro, revoluciones a saco de los países pobres, sacudidas naturales terráqueas en respuesta a nuestro innumerables abusos, guerras y vueltas a empezar, leña marismeña de los poderosos a las masas, héroes que nos saquen de esta especie de tiranía del poder en que vivimos, ...

Pero ahora resulta que no...

Ahora, la verdad, es que no sé qué hacer, mientras escucho el descubrimiento, por españoles, de un magnétar (toma ya...). Y es que el telediario ya ha empezado a dedicar sus 5 birriosos últimos minutos en hablar de cosas buenas... ¡¡Qué gracioso!!

Es como si un guardia civil te endiñara un multazo de 500 euros y acto seguido se despidiera de tí dándote un besito en la sien... Te dan una buena tunda y luego te llaman bonito... ¡Qué sarcasmo!
Me imagino al maya ese que hizo el calendario, partiéndose de risa con su megamáscara acojonante, pensando: la de gente que se va a comer la cabeza taco con estas`piedrecitas que estoy tallando aquí, no veas... Se llamaría Tehualtepec o algo así... Entre el nombre y la careta, para cagarse, vamos... Igual al tío hasta podría gustarle un bar tipo El Tremendo, con caracoles y Cruzcampo... Pero no, era Tehualtepec, el amo del tiempo...

Oju, io...

Entonces, habrá navidad: habrá Corte Inglés, habrán kilocalorías, habrá amor concentrado en 15 días y olvidado 350, habrá eso... Los minutos birriosos de última hora...

Pero bueno, la vida sigue, no sabemos si Tehualtepec tenía razón.

El caso es vivir la vida, que nos arrolle, que nos montemos en ella, con nuestra tabla de surf, y soertearla a veces y otras montarse en ella, dentro de ella, detrás de ella... Por ejemplo, en la playa de Beliche (Portugal).

Acaba el telediario.

Ya es hora de ahorrar para pagar otra multa de 500 euros, pero con buena cara, como si aquí no hubiese pasado nada... Pasar página.

¡Pues no! ¡Sí pasa!

En fin, Las Cosas...

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