Pues bien, quiero mostrar hoy mi parte gris, mis 10 meses que llevo soportando un puto edema óseo/supuesto síndrome de Sudek, que me ha obligado a hacer de las muletas mis inseparables compañeras.
Segundo período de baja en estos 10 meses: uno de 7 semanas y otro en el que estoy desde finales de junio.
Para no ver avances.
Desesperante.
10 meses en los que no he tenido más cojones que armarme de paciencia, de esperanza y confianza en los profesionales que me han estado y están viendo.
Echando de menos tantas cosas a las que he tenido que renunciar, como paseos vespertinos y matutinos por la playa de turno, traslado entre pinares a la Virgen del Rocío, caminatas por El Portil, coger bicis, alquilar motos.
Navidad, Feria, Semana Santa, ...
Decenas de movimientos rutinarios que se han complicado sensiblemente, muchas rutinas alteradas.
Decenas de explicaciones.
Que por qué sí.
Que por qué no.
Muchas personas que me han mostrado su sincera preocupación y empatía.
Y otras a las que les parece que eso de ser humano les cuesta dinero, les entorpece.
Pero muchas lecciones aprendidas también.
Me quedo con la de la chica que, desde que nació, lucha operación tras operación, dificultad tras dificultad, mes tras mes, año tras año (y ya tendrá los 16 ó 17) por poder... Atención... ANDAR.
Con una sonrisa en los labios, siempre, ella y su siempre acompañante madre.
Creo que el destino nos la ha puesto allí a todos los que vamos a rehabilitarnos, estemos más o menos jodidos o hartos.
No sabemos lo que tenemos.
Ni lo que hemos tenido hasta ahora.
En fin, Las Cosas...
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